lunes, 27 de julio de 2015

EL TÍTERE

 



Cuerpo de madera, corazón de lana/
Alma de pulida estopa saliendo de su pecho/
Con que desparpajo
llora la marioneta humano
la fatiga del muñeco/
Con esmero lava su rojo sombrero,
estira sus brazos de hilo y
alienta su animo de invernadero/
Lo acuna en su lecho y
prodiga calor de caricia compañera/
Al pasar su mano de ceremonia
halla su madero deshecho...
                                          ¡El títere ha muerto!
De tantos apuros y empujones
en las troupees del circo
al afán de la moneda de su amo/

Lloró el maniaco usurero
su blanca muerte de prematura cana
con lagrimas negras de cuervo/
Cavilando anduvo su rumbo incierto
y de tanto amor siamés proclamado
dejó su desnuda espalda entre el basural del baldío
y la feroz mordida del pasto carnívoro/

Llovió ese día como un diluvio...
Como si el mundo quisiera lavar su cuerpo/
La mañana en decoro rodeó su agujero de agua
y por ley moral lo decretó arroyo/
Al llegar la límpida inocencia de los niños
a su santuario de fuente
no mostraron su luto cercano/
Ornaron de barquitos sus bordes de agua
y en sus manos guardaron
un alegre papel que sonriente decía...
¡Gracias por todas las risas que pegaremos al recuerdo!
Títere de alegre madero/


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