lunes, 17 de abril de 2017

INVERNACULO



                


Dejo una rosa blanca
y un tulipán negro
al cuidado del invernadero.
Una nave de jazmines se ancla
pérfida en la justa balanza
del herbario.
Veré si los estimula por su hermosura
o los quiere partir en hojas heridas.

Soy el afligido amo del invernáculo, 
me turba la decisión
de desvestir la rosa blanca,
camuflando el ropaje del negro tulipán
o abandonar el jazmín con su libre esqueleto
en la idolatría de mi armonidad.

Me cuestiono las preguntas de las flores,
sus profundos aromas a naciones
o de donde proviene el color de su bandera.
De maceto a maceto
me persigo solo e inquieto,
buscando una población de yuyos,
algún pétalo  de piel seca aplastado en el piso,
castigados con crudo puño,
enervados martirizan con celo
el tulipán y el jazmín a la rosa blanca.

Que a la patria próspera de la violeta encinta,
entre mi rosa blanca invicta,
el tulipán en su frac de luto
y el jazmín al camino oculto.

Ruego al invernadero
cubrir su techo con cintillas
alentando la victoria de la rosa blanca.
Fosforé sus vestiduras,
suavice sus espinas
para poner un ramo inmaculado
sobre las palmas de mi amada.


Todos los derechos reservados en safe creative


No hay comentarios:

Publicar un comentario