Esta
casa es lúgubre
sin
tu luz.
No
me satisface
ni
el canto del alba,
ni
las rojas crestas
que
parecen tejido de herrumbre,
Sin
tu alma
siento
el clavo de la cruz,
el
vuelo de un Pegaso
desmembrado,
demoliendo
estrellas
tiesas
sin placer.
….
Ah,
ígnea mujer…
Pólvora
de mi mecha,
vendrá
el viento golpeando
trozos
de lluvia en silencio,
espejada
marea
en
los charcos de mis pupilas
hay
agua de tus oleadas.
El
polvo se hizo barro
De
estatua quieta,
Estáticas
agujas sin tiempo
Petrificaron
sus manos.
Arcilla
de hueso,
vena
y carne moldeando tu cuerpo,
que
el aire no troce
tu
trino de pájaros alados.
Pluma
de vuelo esparciendo tu fragancia
en
las hojas que visten las ramas.
.
El
otoño apiló hojarascas
secas
en la pira árida
de
mis labios/
Regresa
amor con tus encantos
que
este breve lapso
se
hizo evo de pesadas anclas.
Trae
tu pulso de trueno
para
resucitar este mustio cuerpo,
el
laúd de tu voz para habilitar
los
tímpanos
y
todo tu piélago oceánico
para
pintar de rojo las mareas.
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Poemas de ricardo
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