jueves, 29 de noviembre de 2018

TU CANCIÓN COMPAÑERA




Me bastan tus sienes en espera y la espesura de tu pelo para poblar la tierra.
De una hebra nace la semilla fecunda y tu vientre exhala polen diamantino.
El tiempo agita el reloj cuando en la senda el  recuerdo avanza. Hora de extracto.
Un adiós en espera con limite,  pañuelos de nubes despiden fragantes armelias


La prisa del mar enfurecido frena en la cresta de la ola, trepan nómades pájaros
a picotear uvas en tus manos. Del cerro campanario huyen bestias en manada.

De tumbo en tumbo avisoramos el anhelo de crear con piedras un ámbito palatino.
incrustar salitres de  felicidad en la gleba como días azules de mares cristalinos.

Me doblo de golpe para encontrar tu paso y me suelto al abisal precipicio,
de cándido y tierno algodón en tu corazón, fluye tu mirada de indigo océano.

A tu boca de agua marina alatrón ardiendo en los labios en la era del crisantemo.
Tu mirar verdugo, asesina de mis ojos, me clavas puñales de besos eternos.

De ti voy al secuestro. Con mis manos de barro y mis pies de playa y arenal pesado,
sobre mis hombros despliego el velo áureo con que cubro la imagen de tu secuestro.

Del cementerio de los besos escaldado, cielo de tu piel y la mia en adyacencia intercalaos.

Tu risa tapia mi oquedad de avidez saciada en tempestades violentas.  

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