viernes, 27 de junio de 2014

Deja quietas las aristas de tus tiernas carnes
ante la dentellada de viejos tiburones
que te dejaran sin tus sueños y tus futuros  balcones.
No te precipites al amor suicida,
ni reclames mas miel de tus hormonas,
sigue el cauce  rumoroso  del agua de tu decenio
sin que te agiten las impúdicas manos de un doliente maremoto,
anegando tu estructura de frágil encanto.
Deja deslizar otro invierno
con el  partido rayo del sol y su primavera.
Mariposa de papel frágil,
aun eres capullo de leña y seda  en que hierve la sangre.
Conserva tu cándido fruto y su ocal manzano
para los brazos  en rama con que te acaricie tu dulce enamorado,
y  conserva en tus manos polen y estambre.

 c

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