viernes, 27 de junio de 2014

EL CAMINO


El viento abrió sus benévolas fauces

Arremolino las hojas reunidas
Como pasajeras de la seda en remolino
Te revestían de tersura, espuma y olas.
La tierra roja del Norte subió sus terrones de sudor
Salpicando tus pies hechos de la arcilla.
Al oler tus aromas algo del humor

Del pino exhalo su vapor y cuando baje mi mentón


Al abrazo te sentí el ardor templado del verano en Misiones
El alegre acordeón sonó como tu voz
Y la resonante catarata se retro alimento
Mientras tus besos de profunda agua
Incrustaban sus húmedos cristales en mis labios

Al bajar la geografía juntos hacia el sur
El Palmar de colon reflejo al sol
Que maduro el cereal
El sol que matiza los frutos  y tuerce

Dejo en ti la sonrisa acumulada y
Con su lado mezclado en tus hebras te hizo de negra cabellera

Habías jugado con los esteros en el Ibera
Que te heredaron el reflejo del verde azabache en tu mirada
Cuando ya eras, una delirante y dulce mariposa ruborizada.


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