Se hace tarde en
la sombra del viento
el grito del día
perturba lo nocturno,
por encima del
sueño prevalece la vigilia
de aquellos héroes
fallecidos en Malvinas.
No espero una
silueta coronada de fuego
ni la acre sensibilidad
que deforma los sentidos.
Otrora deambuló la
clepsidra dormida
rompiendo vínculos
de silencios prudentes.
Bulevares de besos
en esta Nación de ensueños.
Hay sigilo en los
prados mortecinos
pero la gloria de
la Patria ha recuperado lo perdido,
como el descanso
de Morfeo estuvimos adormecidos
hasta que los
cerezos albos del oriente nos enseñaron el lenguaje del cáñamo.
Bebimos la con sed
de llanto, las almas sangradas colmaron los huecos
donde los
arsenales graznaban negros silbidos.
Superamos el
estruendo de los cartuchos,
cargamos en la
mirada la visión del asesino
y en exponencial
crecimiento se erigió un Panteístico museo.
Nada espera el
pueblo Argentino sino el brote de laureles eternos.
Así se canta el
himno con fervor pasionario bajo sombras clandestinas,
límpida nuestra
bandera que a su sino
en la senda opaca
hallamos la luminosidad silente de secuestros umbrosos.
Guardados en la
memoria lecciones de pasos confundidos.
Aquí despiertan
las auroras y se dilatan los crepúsculos.
En paz quiere
vivir mi tierra con sus plantíos
no una danza
rápida de alquimistas diminutos.
De LLUEVE EL VIENTO EN LOS
TEJADOS- Publicado en julio 2019 - Ed.
PALIBROS - N.YORK - EEUU
Hecho el Depósito según la ley 11-723-
registro de autores.
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