domingo, 28 de septiembre de 2014

LUCES NOCTURNAS

En la hora de la madrugada
entraba el dominio en canto de la calandria.
El fresco rumor del tilo
iniciaba la prematura mañana, y
en pájaros de agua, blancas telarañas incrementaban el amor de cultivo/
Cada hoja traía estampada un icono de ascua
en su pico y entre las horizontales sombrillas sin membrana,
en loca hélice giraba nuestra mirada
al dominio de alas en una pasionaria/
Enardecidas palmas de violetas en tacto,
caían inmoladas las aves del frío y el aire
en la temperatura elevada de nuestro cuarto/

¡Ay. Mujer amada!
Ocupamos apenas el nimio espacio de
un temblor de baldosa en racor,
con  los violines zumbantes de cuerda anonadada.
El neroli sobre el mueble sudaba su rojo naranja de fruto,
y juntos, con dos brazos volátiles nos desgranamos
en moléculas de blancas abejas/
Con la penetración del aire nos cubrimos,
bajo capuchas de nubes emplumadas/
El sol amagaba con laúdes al tono,
en una extraña sinfonía de aria compartida/
En parapeto seguían las nubes como techo,
cubriendo nuestro refugio de animal osera.
En él intimo cubículo. oí el rumor de tu pelo
bajando por tu cuello melaza gruesa,
sentí el placer del roce al ínfimo ciruelo
y la suave astilla mimada del madero.
En nuestros muslos obesos en progreso...
Ya éramos amor de origen primigenio,
Como una suicida golondrina
retornamos al medio del fuego, potenciamos
dos selvas bravías, incorporando sus verdes ancestros/
Llameaban nuestros pechos de nocturno espejo
como un crisol de copa soplada, y
las lámparas seguían apagadas en la mañana/

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