lunes, 29 de septiembre de 2014

UN INVIERNO INADVERTIDO



Después de andar sin pudor
liberando besos acumulados en exceso
por las huellas del rojo asfalto transitado,
regresamos desnudos de labios.
heredamos la sangre de la tierra.

Volvimos impúdicos y delgados de besos sembrados
por la piel de los adoquines prejuiciosos en las calles,
de navegar los rumores del agua
y el silencio de la espuma marina.

Del barro trajimos
la  púrpura corriendo en las venas.
Entre el horizonte del alerta y el sueño
rompimos los fríos espejos mentirosos de arena
y con las plantas aplastamos sus vestigios.

¡ Llegamos al hogar amor !
Donde el rosa se repite en las flores de acuarela.
El gigante clavel irrumpe el reino de los verdes,
los jazmines penetran libres
sus aromas de ventana y
el sol llega con sus virtudes
antes que  nuestras espaldas.
barriendo el minúsculo frío
cuando el invierno hizo
su estadía de paso inadvertido.


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