martes, 29 de abril de 2014

MUERDO TUS TIERNOS FRUTOS


En secreto llegas,
cual esas aguas silenciosas
que traspasan los muros.
Despiertas mi fulgor en el incendio
de todo lo que tocas,
entre las fisuras de mi cuerpo tu boca
son dos bocas de avidez prendida.

¿Es verdad que el dulce trigo de tu boca
horneado en el ladrillo,
me despoja en láminas
estas ropas de hojosas piedras?

Solo quiero la sinceridad
en la respuesta
ya que mi pregunta es honesta.
Cuantos fecundos sépalos
traes en esa boca que me consume
en inútil lucha,
tu eres el ariete vigoroso,
el corazón en fuste que puja
el embestir de fortalecidas huestes/

La sed que acucia en esos labios
no se subastan porque mis piélagos
han adquirido todo lo viviente
en la forma de tu boca.
Tiránica madera,
lejía que pule mis membranas,
viento de hábito que me ahoga
hasta el frenesí de tu espalda.
Rotunda danza,
baile de oleaje submarino,
golpeas mi pecho desértico de voces
y lo habitas como una aldea
de gemidos delirantes/
Ambulantes caderas, amo el dominio
que tiene tu arte de roce,
pareces un abano de acrílico
cuando el viento te bambolea/

En mi tacto produces bellas floras,
percibo el brillo universal
en tus ojos  nupciales
donde la vencida tierra
cede sus bodas cenicientas/
Invádeme invasora…
Porque el néctar crucial
de mi boca existe en tu lengua
de fermento y solo pronuncia
las silabas recónditas de tu silueta
que a mi letra conmueven/
Impalpable,
llena, ópima y esbelta,
delgada y ensanchada rosa
emergiendo entre las violetas/
Eres humo de mi sangre
que por mis poros brota,
sustancia labial y despótica,
enmudeces mi habla en la frontera
de tus pechos,
eléctrica barrera de dúctil metal abierto,
fronda de mi cauce
donde mi cuerpo se inquieta/
Me detengo en la forma
que engendras entre el ungido de mis cejas,
vivo en tu sueño,
con tu suspiro me oxigeno,
en tu ebria boca vasta muñeca
giran abejas de colmados panales/

Dame tu forma tónica
en esa madrépora mortal
agrupando calcáreos trópicos
en arrecifes tropicales
como la pulpa de tus labiales
hechos de perlas cónicas,
hiladas en rosario de luz total/

Préñame con tus cerezos
que al reconocerte me conozco,
cual ese abismo de miedo
que me convoca en la cima de tu aliento
impasible. hálito de uvas,
jugo de fresno,
muerdo tus ocales tiernos y
en tus cornisas de cresta me interno
como al duplicado adobe donde pertenezco/

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